Diversificar dentro del sector inmobiliario
Por Ignacio Bernaldo de Quirós, CEO de Kiri Asset Management
Los activos inmobiliarios siguen teniendo un peso decisivo en la inversión de las familias de en torno al 80%. Por lo que, para evitar los riesgos que puede suponer una excesiva exposición al ladrillo, los profesionales del real estate tenemos la obligación de asesorar a nuestros clientes sobre las ventajas de no centrarse únicamente en la vivienda, diversificando su ‘cartera’ en los distintos segmentos del sector.
El 76% de las familias españoles viven en casas que son de su propiedad. Además, según un estudio El Observatorio del Ahorro Familiar realizado por la Fundación Mutualidad de Abogacía y el Instituto de Empresa, “las familias españolas se plantean la inversión en inmuebles, no solo como una opción para adquirir su vivienda, que también, sino además como una alternativa de inversión a los activos financieros”. Tanto es así que, según el mencionado estudio, la vivienda habitual constituye el 60% de la riqueza inmobiliaria de los hogares en nuestro país, mientras que el 40% restante lo conforman otros activos inmobiliarios, tales como: segundas residencias, locales, garajes, fincas, etc. El informe también nos dice que casi la mitad de las familias españolas, concretamente el 45%, tiene inversiones en activos inmobiliarios que no constituyen su residencia habitual.
En definitiva, aunque la inversión de los españoles en activos financieros sigue aumentando año a año (ahora se sitúa en torno al 20%), el sector inmobiliario sigue teniendo un peso decisivo en la inversión de las familias (80%).
Las conclusiones no son precisamente buenas. Básicamente resalta, con datos específicos, lo que los expertos llevan décadas advirtiéndonos; que la excesiva exposición de los españoles al ladrillo puede traer consecuencias devastadoras en caso de crisis, como ya sucedió en la explosión de la última burbuja inmobiliaria.
Ahora, que la inflación sigue subiendo, que los precios de la vivienda están aumentando y que no somos capaces de predecir las consecuencias reales de la guerra de Ucrania sobre la economía española, europea y mundial, las alarmas vuelven a saltar y los españoles, como sucedió durante los meses más duros de la pandemia, vuelven a ahorrar y a refugiarse en el sector inmobiliario. Y, aunque los expertos en la materia aseguran que todavía estamos lejos del crecimiento de precios en dos dígitos de épocas pasadas, el temor a otra burbuja inmobiliaria sobrevuela los “mentideros” del sector, tratando de aterrorizar a los inversores antes de la cuenta y poniendo en serio peligro un mercado al que le ha costado mucho recuperarse.
Los españoles hemos cambiado mucho durante la última década. Y cuando me refiero a los españoles, me refiero a las personas físicas y jurídicas que intervenimos de una u otra forma en el devenir de la economía. La anterior burbuja inmobiliaria fue el resultado de un cúmulo de abusos que, a día de hoy, no se están produciendo debido a las herramientas que, entre todos, nos hemos dado para que no vuelva a pasar: los bancos ya no dan hipotecas sin unas garantías respetables, las administraciones controlan a los administrados y viceversa, al tiempo que la transparencia se ha convertido hoy en una máxima no deseable, sino exigible. La educación financiera, cada vez más, forma parte de nuestras vidas cotidianas.
En Kiri Asset Management lo vemos constantemente. Nuestros clientes, inversores privados en su mayoría, tienen un nivel de preparación generalizada que hace 20 años no se concebía. Un hecho que ha impuesto a los profesionales del sector inmobiliario una altísima preparación que, a su vez, ha derivado en una profesionalización casi completa del sector.
Por eso, nosotros, los profesionales del real estate, en nuestro pequeño margen de responsabilidad sobre el global de la economía y del propio sector, debemos asesorar a nuestros clientes teniendo en cuenta al sector inmobiliario, pero también los aspectos macroeconómicos más relevantes.
Yo creo en la diversificación de las inversiones pero, muchas veces, antes de “saltar” a otros sectores, también debemos tener en cuenta que la diversificación puede darse dentro del propio sector inmobiliario, poniendo el foco en segmentos en los que nuestros clientes, a lo mejor, antes no lo habían hecho. u