“El objetivo de Grupo Lar es ofrecer soluciones que se adapten a las nuevas necesidades de la gente para vivir y trabajar”
Entrevista a Jorge Pereda, director de Residencial de Grupo Lar.
Jorge Pereda, director de Residencial de Grupo Lar, afirma que hay una clara necesidad de soluciones diferentes de vivienda que se adapten a las nuevas formas de vivir y trabajar que cambian de manera constante. El flex living es un nicho del mercado residencial de alquiler con mucho futuro, lo que explica el desembarco de la compañía en el coliving, y el hecho de que Grupo Lar esté atento a las oportunidades que puedan surgir en otros modelos como el coworking y el senior living.
¿Por qué Grupo Lar está ampliando su estrategia de diversificación con productos como el flex living?
En Grupo Lar llevamos más de 50 años siendo especialistas en inversión, promoción y gestión de activos inmobiliarios con una estrategia siempre basada en la diversificación de productos. En residencial, nosotros históricamente nos hemos dedicado al ‘build to sell’, pero hace ya unos años decidimos apostar por el segmento del alquiler.
Por los cambios económicos, y sociológicos estamos convencidos de que el peso de la vivienda de alquiler va a crecer en España. Además, hay una clara necesidad de soluciones diferentes de vivienda porque la gente tiene nuevas necesidades, vive en diferentes sitios, de manera distinta y con otras apetencias e inquietudes, con lo cual estas nuevas tendencias de “living” es lo que el mercado demanda. Lo que tratamos desde Grupo Lar es de identificar las necesidades que tienen esas personas y planteamos la mejor solución habitacional que se adapte a sus necesidades que, además, son cambiantes a lo largo del tiempo.
¿Qué recorrido tienen estas tendencias en el mercado español?
La tendencia hacia el flex living es relevante en España. Los usuarios están buscando viviendas que les permitan adaptar fácilmente los espacios a sus necesidades cambiantes, ya sea para el teletrabajo, el ocio o la vida en familia. Estos modelos de vivienda compartida y espacios de trabajo compartidos están ganando terreno en las ciudades españolas, especialmente entre los jóvenes profesionales y estudiantes. Es un mercado ya maduro en algunos países fuera de nuestras fronteras, como en los Estados Unidos, pero en España, aún está todo por hacer. Uno de los problemas que nos encontramos es que el mercado inmobiliario es lento en su adaptación y la legislación tampoco ayuda a acomodarse a lo que la gente demanda. La necesidad de vivir en espacios que ofrezcan servicios y sentimiento de comunidad se ha convertido en un must y en Grupo Lar trabajamos para atender esta demanda generando nuevos productos que, sin duda, vienen para quedarse.
¿El auge del flex living tiene que ver con ser un producto que se encuentra fuera del foco de la nueva legislación?
Es cierto que, a raíz de la aprobación de la Ley de la Vivienda, muchos pequeños propietarios han pasado sus inmuebles del alquiler tradicional hacia formatos residenciales con estancias inferiores al año lo que les permite salir del foco de la nueva legislación. Sin embargo, lo que realmente demandamos los gestores y promotores es un escenario legislativo claro y unificado por comunidades autónomas. Como comentaba antes, el flex living es una tendencia de mercado clara, que en otros países de nuestro entorno está mucho más desarrollada. Sin embargo, existe un reto regulatorio por delante que puede y de hecho va a condicionar su evolución futura. Actualmente existe un vacío regulatorio, lo que genera incertidumbre en cualquier proyecto, lo que es normal porque el mercado va por delante de la regulación, pero implica que las Administraciones Públicas deben movilizarse para regular este vacío. Necesitamos seguridad jurídica y fiscal para atraer inversión para poder ampliar cartera y lanzar nuevos proyectos.
¿Qué particularidades o aspectos debe tener en cuenta un arquitecto, un constructor, un promotor o un gestor en este tipo de formas de vivir?
Es distinto construir y diseñar una promoción de este tipo que una para venta. No solo porque las necesidades de nuestros clientes son diferentes, sino porque la propia gestión posterior hace que se tenga que pensar en todo el proyecto en sus diferentes fases. La primera sería el diseño ya que tiene que ser acorde a las necesidades y preferencias de los inquilinos a largo plazo. Esto puede incluir características como zonas comunes atractivas, comodidades modernas y una distribución de espacios que maximice la funcionalidad y el confort. La sostenibilidad y la eficiencia energética son aspectos también fundamentales y hay que considerar el diseño de edificios que sean eficientes en términos de energía y recursos, lo que puede reducir los costos operativos a largo plazo. Tenemos muy presente la sostenibilidad en todo el proceso. El diseño debe ser duradero y de bajo mantenimiento para reducir los costos de operación y garantizar la satisfacción a largo plazo de los inquilinos. Cuando se concibe un proyecto de estas características hay que pensar en optimizar la gestión operativa (OpEx), seleccionando tanto los sistemas constructivos, las instalaciones, como los materiales, pensando en la durabilidad y el mantenimiento a largo plazo de los mismos, buscando siempre reducir los costes futuros de mantenimiento.
En resumen, el éxito en estas viviendas reside en que están diseñadas desde 0 para la flexibilidad y planteadas para satisfacer las necesidades y expectativas cambiantes de los inquilinos a lo largo del tiempo.
¿Qué beneficios aporta para el inversor, promotor y para el inquilino?
Para los inquilinos es obvio, es vivir en un lugar y no preocuparse por nada. Un espacio en el que tienen todos los servicios que necesitan, con gran flexibilidad, con una duración determinada y gestionados por profesionales. Además, dan respuesta a los diferentes ciclos de vida de una persona. El atractivo de estas propuestas para los inversores es claro y se refleja en un interés creciente por estos activos desde el punto de vista de la inversión inmobiliaria. La alta demanda de este tipo de producto y la escasez de oferta está disparando la apuesta por estos activos.
¿En qué proyectos está trabajando Grupo Lar?
Recientemente estamos desarrollando nuestro primer edificio de soluciones habitacionales para los trabajadores de Málaga que acaba de arrancar las obras, que están previsto que finalicen en verano de 2025 y esperamos que sea el primero de muchos otros proyectos. El inmueble tendrá 105 alojamientos y 186 camas de uso habitacional y contará con un total de cinco plantas distribuidas en tres bloques conectados entre sí sobre una superficie de 7.500 metros cuadrados. El espacio contará también con 56 aparcamientos y una piscina, así como con bar-cafetería, lavandería, salones comunes, una sala multiusos, gimnasio, espacios de coworking, una sala social con cine, un salón para eventos y un espacio de restauración. Se trata de la primera solución habitacional no permanente orientada a trabajadores de Málaga TechPark, principal centro de negocios en la ciudad.
Por otro lado, y aunque no es puramente flex living pero en línea con esta búsqueda de soluciones óptimas para determinados colectivos, hemos vuelto al segmento del healthcare. Cada vez la población está más envejecida y hay más personas mayores que necesitan un lugar adecuado, bien gestionado y en el que reciba los cuidados que necesita. El mercado es enorme y creemos que está insuficientemente atendido. Tenemos ya en construcción la primera residencia de asistidos en Zaragoza y en breve podremos anunciar otras dos dentro de nuestro objetivo de inversión de unos 300 millones de euros en las cinco principales ciudades españolas. Aportamos nuestra experiencia en lo que sabemos hacer, buscamos el suelo y diseñamos y construimos el producto. La gestión recaerá luego en manos de operadores especializados en prestar ese tipo de servicios.
En cuanto al resto de nuevas fórmulas, como el coworking y el senior living, creemos que van a ser modelos con mucho futuro, y desde Grupo Lar estaremos atentos a las oportunidades de negocio que puedan surgir.