Homm obtiene la certificación ISO 9001:2015 que avala la calidad de sus viviendas

Entrevista a Roberto Beitia, director de Marketing y Comunicación de Homm

Homm, una de las empresas de referencia en España en el negocio de la edificación industrializada modular en hormigón, ha marcado un importante hito para la compañía: la obtención de la certificación ISO 9001, un importante reconocimiento internacional que avala la gestión interna de la empresa para que sus viviendas cumplan los más altos requisitos de calidad.

Homm acaba de obtener la certificación ISO 9001:2015, ¿qué significa para la compañía?

Estamos muy orgullosos porque hemos obtenido la certificación ISO 9001:2015 en producción de viviendas industrializadas y eso avala la apuesta de Homm por la calidad de nuestro proceso y de nuestras viviendas.

¿Cuánto ha ayudado a conseguir esta certificación el hecho de que la empresa se dedique a la industrialización modular?

Mucho porque la vivienda modular se produce casi íntegramente en líneas de montaje en fábrica, es decir, todos los componentes que normalmente lleva una vivienda se montan en los módulos antes de salir de nuestras instalaciones. Una vez listos los módulos, se transportan a la ubicación final, se montan, interconexionan entre sí, se ponen en marcha las viviendas y se entregan a cliente.

Esto significa que la mayor parte del proceso se desarrolla en un entorno de fábrica de manera ágil y altamente productiva, donde se mejora ampliamente el control de calidad, puesto que este se lleva a cabo en un mayor porcentaje del producto. Bajo techo, en vez de in situ, las viviendas se producen en un ambiente limpio y seguro, que no se ve afectado por el clima, lo cual también ayuda a poder tener unas condiciones de trabajo idóneas en las que optimizar el espacio de trabajo. Además, el hecho de influir sobre todo el proceso, de inicio a fin, también ayuda a que se pueda tener un control total del proceso.

¿Cuál es la gran diferencia que aporta la fabricación modular?

En nuestro caso, el hecho de trabajar siempre en base a productos, con una plantilla fija y en una misma ubicación, permite un aumento de la productividad por encima del 40%, además de facilitar la innovación y la aplicación de un sistema de calidad global. Todo esto favorece que exista y se ponga en marcha el proceso de mejora continua propio de una industria, lo que permite mejorar cada proceso y como resultado, producir mejores viviendas, que además luego generan una posventa mínima evitando los problemas derivados de la misma.

La calidad de las viviendas modulares es uno de los puntos fuertes en los que se basa el sector de la construcción industrializada, ¿podríamos decir que Homm supera los estándares establecidos?

En 2015 apostamos por la industrialización porque creíamos en el valor que esta podía y puede aportar a la calidad de la construcción y, en concreto, apostamos por la vivienda industrializada modular porque es la tipología que se produce en su gran mayoría, casi un 90% en fábrica, con lo que esto supone para la calidad del producto entregado.

La calidad es la base para que una vivienda pueda aportar una sensación de bienestar, seguridad, confort y calma, y de esa forma sentirla como un verdadero hogar. Al fin y al cabo, comprar una casa es posiblemente el esfuerzo económico más importante en el que incurre una familia, por lo que entendemos que la inversión debería estar a la altura de la ilusión con la que se decide tomar esta decisión.

Por ello desde el inicio hemos creído y apostado por la idea de fabricar por encima de los estándares establecidos por la normativa. Siempre hemos defendido que la calidad de las ciudades depende de la calidad de todos sus hogares y de ahí que desde el nacimiento de Homm, esta idea haya sido uno de nuestros pilares estratégicos.

Gracias a esa visión hemos entregado casi 600 módulos, o lo que es lo mismo, unos 18.000 m2 de vivienda industrializada modular en los que hemos ido aplicando todas las mejoras e innovaciones para poder tener un proceso fiable, robusto y de la máxima calidad.

Además, como debemos transportar nuestras viviendas a la parcela, cualquier fallo en el producto podría aflorar en los esfuerzos a los que está sometido en el transporte y generar un problema a futuro que no nos podríamos permitir. Por todo ello, apostar por la calidad es la única forma de crecer con seguridad y de tener la tranquilidad de saber que estás fabricando un producto fiable y de máxima durabilidad.

¿Y cómo se percibe ese concepto de calidad?

La calidad en nuestro caso está dividida en diferentes familias y por eso se percibe de diferentes maneras:

– Como calidad concertada, es decir, la calidad que se define en la memoria de materiales de una vivienda y con los proveedores de los mismos. En Homm testamos todos los materiales ante de incorporarlos a nuestros productos para comprobar que cumplen con nuestros estándares de tal manera que puedan ser homologados y utilizados por el equipo de diseño.

– Como calidad constructiva, que es la aplicación de procesos de calidad desde la definición técnica del producto, pasando por la definición de procesos de fabricación y de montaje que los propios montadores deben cumplir y autoevaluar antes de finalizar su trabajo, hasta el control de los técnicos de calidad que avalan que ese trabajo ha sido realizado correctamente. Todo ello con un control total del proceso y una trazabilidad que es clave para identificar cualquier posible punto de mejora y así poder abordarlo cuanto antes.

– Y por último, como calidad en el producto final entregado, o lo que es lo mismo, entregando productos con una postventa mínima gracias a que todo ese trabajo de definición de la calidad y a su aplicación por los diferentes agentes, se ha realizado correctamente.

Es por todo esto que hablamos de un concepto que entendemos como calidad integral.

¿Cómo se traduce todo esto en la percepción de los clientes de la compañía?

Muy positivamente y así nos lo han transmitido, puesto que la inversión en calidad es directamente proporcional a la mejora de su imagen de marca y a la reducción de sus incertidumbres a la hora de entregar las viviendas.

En España, además, existía un estigma con la vivienda prefabricada por su historial de fabricación low cost. Pero es gracias a esta inversión en calidad, a que cada vez hay más información sobre las múltiples ventajas y, en nuestro caso, al aval que supone el total de m2 industrializados que ya hemos entregado en los últimos años, que hemos conseguido cambiar esa creencia y conseguir el resultado opuesto, que sea precisamente la calidad uno de los atributos diferenciales de nuestros productos.

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