Evitar errores del pasado

El Gobierno quiere que no se repitan errores del pasado y está negociando con la banca medidas para aliviar el impacto que el encarecimiento de las hipotecas puede provocar a los hogares más vulnerables. Desde el Ejecutivo temen que la subida de tipos, la elevada inflación y el incremento de los costes energéticos pueda llevar a muchas familias, en particular a aquellas que disponen de menor renta, a no poder hacer frente al pago de sus cuotas hipotecarias, por lo que pretende anticiparse a esta preocupante coyuntura.

Por el momento, la morosidad del crédito hipotecario sigue siendo muy baja y las entidades financieras no manejan que empeore en el corto plazo, por lo que el sector bancario considera que el Gobierno se está poniendo la venda antes de la herida y critican el alarmismo que se está generando.

Tampoco el Banco de España (BdE), que está monitorizando estrechamente la evolución de los mercados inmobiliario e hipotecario, ve de momento señales de alarma, tal y como pone de manifiesto la institución en su Informe de Estabilidad Financiera (IEF) de Otoño 2022. En dicho documento, el organismo afirma que la “traslación de la subida de los tipos de interés de mercado al coste de la financiación bancaria de los hogares ha sido todavía moderada”, y aunque avisa que “se espera un mayor encarecimiento de los préstamos en los próximos trimestres, en particular, conforme las revisiones de los tipos hipotecarios incorporen las alzas del euríbor, lo que aumentaría la presión financiera sobre los hogares”, también espera que “el aumento de la proporción de hipotecas a tipo fijo en años recientes, hasta alcanzar el 27,1% del stock en agosto de 2022, supondría un cierto factor mitigador a este respecto”. Eso sí, el organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos advierte de que “los riesgos sobre el crecimiento económico pueden, además, traducirse en un aumento del desempleo, presionando adicionalmente las rentas y la capacidad de pago de los hogares”.

Este es el escenario que maneja el Banco de España, aunque de momento la institución insiste en lanzar mensajes de calma y de prudencia, como el que dio la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, en su intervención en la jornada ’40 Años del Mercado Hipotecario: retos y tendencias del sector’, organizada el 8 de noviembre por Sociedad de Tasación.

Delgado hizo un análisis tranquilizador sobre el mercado hipotecario en España, que considera “se encuentra en una buena situación, con un marco normativo que garantiza su dinamismo y solidez”, al tiempo que descartó la existencia de señales de alarma en el mercado inmobiliario español que se han visto en otros países de nuestro entorno.

A pesar de ello, Delgado reconoce que la institución ha detectado signos de menor dinamismo de la actividad inmobiliaria y de desaceleración de los precios, debido al agotamiento de los factores expansivos asociados a la pandemia y al nuevo contexto macrofinanciero adverso, caracterizado por el aumento de los tipos de interés, la pérdida de renta real de las familias por la inflación y el deterioro de la confianza y de las perspectivas económicas. Apuntando que dicha ralentización podría prologarse o intensificarse en la medida en que “persistan o se acentúen” dichos factores adversos sobre la demanda de vivienda.

Además, Delgado ha asegurado que los precios de la vivienda han crecido a un ritmo más reducido que en otros países del entorno, “sin que se hayan observado desequilibrios significativos en este mercado en términos de precios y cantidades”, haciendo hincapié en que “aunque los indicadores de valoración muestran que los precios se sitúan, en promedio, por encima de los niveles de equilibrio de largo plazo, la brecha entre ambos es moderada, al tiempo que el endeudamiento de los hogares está contenido y los estándares de concesión de crédito no se han relajado durante los últimos años”.

Así las cosas, y como más vale prevenir que curar en los momentos de incertidumbre económica, parece que lo que se impone ahora es seguir dando pasos al frente y que el Gobierno y la banca acuerden medidas para mitigar los riesgos. Actuando con “prudencia y sensatez”, y dejando al lado visiones apocalípticas, tal como reclamó el consejero delegado de Sociedad de Tasación, Juan Fernández-Aceytuno.

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