
Acaba el año, y como siempre en estas fechas, es tiempo de balances. Tiempo de echar la vista atrás para analizar la evolución del mercado en estos 12 meses, con la mirada puesta en el futuro: en este 2022 que llega con mucho por hacer, pero que parte, de entrada, con un sector inmobiliario muy dinámico a pesar de la crisis sanitaria.
La primera sorpresa que nos ha deparado 2021 ha venido de la mano del sector residencial, ya que su positiva evolución ha demostrado que el coronavirus ha reforzado el interés por comprar vivienda, lo que no ha impedido que los precios bajen sino todo lo contrario.
El mercado se encuentra en un momento dulce que se refleja en el aumento de compraventas de obra nueva. El motivo: muchas familias buscan otra vivienda que resuelva las carencias que detectaron en su hogar durante el confinamiento. Y es que tal y como apunta el CEO de AEDAS Homes, David Martínez, en el balance que realiza la promotora de 2021: “El año que concluye ha confirmado que la pandemia ha sido un catalizador para compra de vivienda de obra nueva, un producto que responde, perfectamente, a las nuevas prioridades de la demanda: amplias superficies, espacios al aire libre, construcción de calidad, estancia para el teletrabajo, zonas comunes, medidas de sostenibilidad, ubicación en las afueras de las grandes ciudades, etc”.
Otra razón que está detrás del empuje del residencial es la adquisición de viviendas como inversión y para canalizar el ahorro reunido durante la pandemia, al considerarse el producto residencial un valor refugio como suele ocurrir durante las etapas de incertidumbre económica. Una variable a la que se une la entrada de nuevos fondos de inversión para proyectos de build to rent y la próxima llegada de los fondos europeos para proyectos de rehabilitación y reforma de edificios residenciales.
Pero el interés inversor no se ha limitado solo al residencial. Según Cushman & Wakefield, la inversión en todos los segmentos del sector cerrará 2021 alcanzando los 10.500 millones de euros, una cifra global que supera en un 33% a la registrada en 2020, de 7.896 millones, por debajo de la contabilizada en 2019, cuando se cerraron operaciones por valor de 11.670 millones. Una inversión que se ha centrado en residencial (26%) y oficinas (25%), seguido por activos del segmento industrial logístico (21%), hotelero (18%) y retail (10%).
El hecho de que las oficinas se sitúen en el puesto número dos del ranking de inversión pone de manifiesto que se mantiene el apetito del capital por las oficinas prime en España. Y una prueba son los dos nuevos fondos que se han lanzado en la recta final del año para invertir en activos prime de oficinas en Madrid y Barcelona. Por, un lado Conren Tramway ha lanzado un fondo de especializado en oficinas, que dispone de 400 millones de euros. Y por otro lado, Europi Property Group y Kefren Capital Real Estate, han puesto en marcha una joint venture enfocada también a hacerse con oficinas de alta calidad y de clase A, que tendrá una capacidad de inversión inicial de 150 millones.
La buena evolución del sector ha provocado, lógicamente, que las compañías mejoren resultados y afronten los próximo meses en una buena posición, siempre pendiente de cómo evolucionen la crisis energética y de suministros que están generando problemas en casi todos los sectores económicos.
En este escenario, los principales agentes del sector afrontan el próximo año con optimismo con la esperanza de que la recuperación pueda rematarse en 2022, siempre a expensas de los efectos que las nuevas variables del virus, como ómicron, puedan tener en el ocio y el turismo, lo que penalizaría especialmente a los sectores de oficinas, hoteles y retail.
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