Las huellas de Rafael Moneo en Madrid
Rafael Moneo, ganador entre otros muchos del premio Pritker, el galardón más importante del mundo de la Arquitectura, ha dejado huellas de su arte por todo el mundo, desde la Catedral de Nuestra Señora en Los Ángeles, el Ayuntamiento de Amsterdam o la Biblioteca del Campus Arenberg de la Universidad de Lovaina, pasando por el Palacio de Congresos de Toledo o el Museo de la Ciencia de Valladolid. Madrid ha tenido la suerte de beneficiarse de algunas de las obras más emblemáticas del célebre arquitecto.
En el entorno del madrileño Paseo del Prado Rafael Moneo ha dejado tres de sus obras de madurez más representativas de una parte de su pensamiento: la transformación del Palacio de Villahermosa para acoger el Museo Thyssen-Bornemisza, la ampliación del Banco de España (una actuación polémica por el mimetismo formal empleado por Moneo) y la ampliación del Museo del Prado.
Maternidad de O´Donell
El Hospital materno infantil Gregorio Marañón es conocido en Madrid como la Maternidad de O’Donnell. El diseño y las instalaciones son obra de Rafael Moneo y José María de la Mata sobre el espacio que ocupó la antigua maternidad situada en el mismo enclave, cuya voladura supuso un hito en la memoria de Madrid.
Hoy no solo resulta una institución pionera en el desarrollo de sus especialidades, sino que también lo es por su arquitectura innovadora. Consta de nueve plantas y en él se fusionan dos hospitales propios de la historia madrileña: la antigua Maternidad de O’Donell y el Hospital Infantil.
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Remodelación de la Estación de Atocha
La primera se remonta 34 años atrás. El proyecto de Moneo mantenía el espacio de la marquesina central de la estación, obra de Alberto de Palacio, convirtiéndolo en un gran vestíbulo con zonas de descanso, oficinas, cafeterías y un magnífico jardín tropical.
Al sur de la marquesina se construiría la nueva terminal para servicios de Larga Distancia. En 2010, 18 años después, Rafael Moneo, en colaboración con el arquitecto Peio Elcuaz, se encargó de la nueva remodelación para aumentar la capacidad de los andenes y unir dos edificios distintos manteniendo la idea de conjunto.
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Edificio Bankinter
En 1972, Rafael Moneo y Ramón Bescós desarrollan un proyecto para la futura sede de Bankinter.
El nuevo edificio se ubicaría en el solar en que se alzaba el palacete del Marqués de Santa Cruz de Mudela, situado en la esquina de la calle Marqués de Riscal y el Paseo de la Castellana.
En aquella época era habitual derruir la mayoría de palacetes decimonónicos del entorno de la Castellana, sin embargo, Moneo y Bescós decidieron conservarlo y ponerlo en valor. Fue una revolución.
La obra va a suponer el espaldarazo definitivo para la entonces incipiente obra de Rafael Moneo, discípulo aventajado de Sáenz de Oíza.