Irán, un paraíso completamente desconocido

Por desgracia, la visión que desde Occidente tenemos de Irán está muy alejada de la realidad, plagada de falsedades, de interpretaciones sesgadas y de grandes errores que debemos empezar a corregir.

Mucha gente europea, cuando se lo plantea, renuncia a viajar a Irán porque le dicen que es un lugar poco adecuado para visitar, ya que se trata de un país árabe peligroso, con una dictadura férrea, en el que las mujeres están totalmente sometidas y los hombres son musulmanes radicales. Todo un cúmulo de errores, de verdades a medias y de falsedades.

En primer lugar, los iraníes no son árabes sino persas. A la mayoría de ellos les molesta profundamente que les consideren árabes porque solamente un 3-4% de la población lo es. Este error bastante común entre los occidentales, supone una grave ofensa para los iraníes. Posiblemente mucha gente confunda árabe con musulmán. Ciertamente la gran mayoría de los iraníes no son árabes pero sí musulmanes, concretamente musulmanes chiítas.

En cuanto al tema del radicalismo, es indiscutible que el desconocimiento que tenemos desde Europa de este país conduce muchas veces a meter en el mismo saco la situación de Irán con la que se vive en países próximos como Paquistán, Afganistán y especialmente Iraq. Sin embargo, no tiene mucho que ver. Irán es sin duda uno de los países más seguros y estables de la región. Cuando uno está allí se da cuenta que todo lo que ha oído no tiene relación alguna con lo que se vive y que el único momento que uno entiende claramente peligroso es el momento de lanzarse a cruzar la calle.

Irán atesora indiscutibles atractivos, mezquitas espectaculares, mausoleos únicos, la belleza de Persépolis, las fortalezas y los caravanserais, los jardines persas, el ajetreo de los concurridos bazares y muchas cosas más, pero tanto o más que sus monumentos lo que resulta realmente admirable es la enorme vitalidad que se respira en sus calles. Las ciudades han acogido a gente procedente de muy diferentes latitudes y esta mezcla enriquecedora de etnias ha propiciado un interesante ambiente cosmopolita.

Hay que añadir que el pueblo iraní es un pueblo atento, amable y de los más hospitalarios del mundo, un hecho incontestable que cualquiera que haya estado en Irán puede corroborar. Es muy normal que te ayuden a encontrar el lugar que buscas, que se quieran hacer una foto contigo o que te inviten a sentarte a comer con ellos.

 

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