Bienvenidos al concepto del ‘flex space’
Por José Miguel Setién, director del área de Oficinas de JLL.-
El crecimiento de las oficinas flexibles y espacios de co-working en el mercado europeo está siendo una auténtica revolución. Era cuestión de tiempo que las oficinas, un sector tradicionalmente clásico, dispusiesen de su propio catalizador del cambio, uno que abordase el deseo de las empresas de disponer de una mayor flexibilidad, al tiempo que hiciese especial hincapié en la experiencia humana de los espacios laborales y que conllevase profundas implicaciones para los inquilinos y para los inversores.
Durante los últimos años hemos observado cómo los nuevos modelos de negocio, que surgen en gran medida para dar respuestas a las necesidades y preferencias de las personas, han revolucionado los segmentos de retail y hospitality.
Desde hace una década, aproximadamente, podemos decir que el sector inmobiliario está en plena transformación. En el caso del sector de las oficinas, estos cambios están viéndose impulsados por la naturaleza cambiante del propio mercado laboral y la transformación de la economía, junto a una tecnología que avanza a pasos agigantados.
La revolución de las oficinas flexibles ha llegado para quedarse, aunque este concepto no es nuevo: Regus, allá por los años 80, fue uno de los pioneros en crear oficinas para los trabajadores en viajes de negocios.
José Miguel Setién, director del área de Oficinas de JLL: 'La revolución de las oficinas flexibles ha llegado para quedarse'.Haz click para twittearLa actitud de las empresas está cambiando, eso es innegable. La flexibilidad y la agilidad han cobrado una mayor importancia y muchas firmas se han percatado de que, para poder ser competitivas en la era digital, deben atraer y retener a profesionales cualificados que difícilmente se verán atraídos por un entorno de oficinas tradicional y clásico.
Desde la crisis financiera mundial, este deseo por innovar, por ser flexibles y por tener al trabajador en el centro del propio business se ha visto impulsado también por start-ups, pymes y micronegocios de todo tipo, llegando a impactar notablemente en la cultura del mercado laboral.
Esta revolución, cuyo epicentro se detectó en las calles de Nueva York a principios del 2010 y que llegó de la mano de WeWork principalmente, por fin ha saltado a España.
José Miguel Setién: “En los nueve primeros meses de 2018, la contratación de espacios flexibles en Madrid y Barcelona representó el 11% de la contratación de oficinas y puede alcanzar el 25-30% en los próximos años”
Según nuestro último estudio, “Disrupción o distracción”, Madrid y Barcelona se encuentran entre las urbes europeas que registrarán un mayor crecimiento de los espacios flexibles. La contratación de este tipo de superficies en ambas ciudades durante los primeros nueve meses de 2018 se situó en más de 71.000 m2, el 11% de la contratación total de oficinas, y prevemos que las cifras de crecimiento puedan rozar el 25-30% en los próximos años.
Solo en 2017, el volumen total de espacio flexible en los 20 mercados más importantes a escala mundial creció un 30%: el equivalente a alrededor de un millón de metros cuadrados. Desde 2014, el mercado se ha duplicado con creces, y en ciudades punteras, como Londres, representa ahora cerca de un 20% de las contrataciones de espacio.
Las empresas impulsan las oficinas flexibles
La aceleración de este crecimiento ha ido de la mano del tejido empresarial; sin ellos, esta revolución hubiese sido más lenta o imposible. Grandes y pequeñas firmas, nacionales e internacionales, están respondiendo a los numerosos cambios estructurales optimizando sus carteras, consolidando sus espacios de oficinas e impulsando la productividad.
De hecho, muchas de estas empresas que han apostado por espacios de oficinas flexibles o de co-working quedan impresionadas con la capacidad de estos para crear un sentimiento de comunidad, impulsada por espacios dedicados a servicios, eventos y encuentros sociales.
Es cierto que, en este momento, el auge del espacio flexible plantea numerosos interrogantes a los inversores y los inquilinos sobre el futuro a largo plazo del mercado de oficinas en términos de transparencia, oferta y demanda, así como sobre la naturaleza de los entornos laborables del futuro. El efecto a largo plazo sigue siendo una incógnita, pero a corto, las oportunidades que genera recompensarán a aquellos que hayan apostado por la innovación, el riesgo y el cambio.