Primeros acuerdos en la nueva Operación Chamartín
Primeros avances en las negociaciones sobre el plan urbanístico para la zona norte de Madrid rebautizado como Distrito Castellana Norte, pero que se sigue llamando popularmente Operación Chamartín. En las dos primeras reuniones de la mesas técnicas se han alcanzado ya varios acuerdos como la limitación a seis alturas, de media, de los bloques de viviendas que se edifiquen en el nuevo barrio al norte de la capital.
Es sabido que hoy los intereses de la promotora y del Ayuntamiento chocan frontalmente en varios aspectos, pero de momento el proyecto ha dejado de estar en punto muerto. Entre los puntos pactados se encuentra la división del ámbito en tres fases: el sur de la Calle 30, el norte de la Calle 30 y la estación de Chamartín, cuya reforma el Consistorio considera imprescindible.
Cada uno de los desarrollos tendrá un planteamiento y gestión independientes, según los acuerdos alcanzados. En el ámbito sur, el uso mayoritario será destinado a actividades económicas de servicios terciarios, es decir, la nueva ciudad financiera, que se llamará Central Business District. Estará situada en el entorno de Chamartín y para su construcción se tendrá en cuenta la reforma de la estación.
La Operación Chamartín, que sigue sin concretarse, ha sufrido cambios importantes de diseño en los últimos 5 años
En el ámbito norte, el uso mayoritario será residencial con presencia también de actividad económica mixta. La idea general con la que se trabaja es que los edificios tengan una altura media de seis plantas acordes con el tejido existente en los bordes, aunque podrá haber excepciones en el caso de que haya algún edificio singular.
El acuerdo alcanzado también especifica que deben limitarse «al máximo», precisa, las construcciones o parcelas edificables que afecten a las vías del tren, a excepción de los usos que solicite Adif. Asimismo, se deberá dar solución a la rampa de la colindante calle Agustín de Foxá, que ha generado bajo la misma espacios residuales deteriorados.
En los negocios también se han tenido en cuenta los espacios libres y zonas verdes, que se articularán en un eje longitudinal continuo que conectará con otros espacios de la ciudad. En cuanto al paseo de la Castellana, se considera que lo esencial será articular la conectividad norte-sur y no la prolongación artificial de esta arteria fundamental para el tráfico de la ciudad.
¿Y el rascacielos?
Lo que aún no se ha concretado es si la nueva Operación Chamartín incluirá la construcción del rascacielos más alto de la Unión Europea, con 70 plantas, y otras cinco torres de altura similar a la de las Castellana, tal y como preveía el proyecto promovido por el BBVA y la inmobiliaria San José. No obstante, esta posibilidad podría encajar en la categoría de tipologías edificatorias singulares acordada por las partes en la comisión técnica.
En lo que a priori sí prevalecerá el criterio del Ayuntamiento de Madrid es en la reducción del número de viviendas planeadas inicialmente, que en la alternativa elaborada por el Gobierno de Manuela Carmena pasaban de 17.700 a 4.600. El acuerdo alcanzado para que, de media, los bloques de pisos en el área residencial tengan seis alturas va en la línea con los entre cinco y siete que proponía el Área de Desarrollo Urbano Sostenible para esta zona del ámbito.
Otro de los puntos de acuerdo esbozados es la necesidad de revisar y rebajar la solución prevista para evitar los atascos en el Nudo Norte que contemplaba el plan aprobado inicialmente en 2015 antes de que el PP perdiera la alcaldía, y que no se ratificó con posterioridad.
A las mesas técnicas sobre la Operación Chamartín se sientan representantes de Adif (por parte del Ministerio de Fomento), del Gobierno regional, de los propietarios de los derechos de explotación del suelo (BBVA y la constructora San José) y de la Junta de Compensación de Fuencarral, bajo la dirección del Ayuntamiento de Madrid, que es quien tiene que aprobar el proyecto urbanístico para el desarrollo de la ciudad por el norte.
El objetivo del Área de Desarrollo Urbano Sostenible es que entre marzo y junio pueda tenerse ya un proyecto pactado con todos los actores intervinientes.