Santander vende el ladrillo del Popular a Blackstone, el nuevo rey
El Banco Santander y el fondo Blackstone han cerrado la mayor operación hasta la fecha del mercado mayorista inmobiliario español: el banco ha vendido al fondo el 51% del negocio inmobiliario de Banco Popular, cuya cartera incluye activos inmobiliarios y créditos por un valor neto contable de unos 30.000 millones de euros, que tras diversas depreciaciones asciende a 10.000 millones. En la imagen, Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander.
La operación, que se hizo pública apenas unas horas después de que la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea autorizara la compra del Popular por parte del Santander, da lugar a una cartera de activos dudosos o de difícil colocación, valorada en 10.000 millones, que se dividen en 9.700 millones en créditos y activos inmobiliarios, y 300 millones más en activos fiscales diferidos (DTA).
Blackstone inyectará 5.100 millones de euros al Grupo Santander por la compra de activos inmobiliarios del Banco Popular
Supondrá la creación de un gigante cuya gestión estará en manos de Blackstone, que a cambio inyectará 5.100 millones a Banco Popular y, de manera indirecta, al Santander.
La cifra, explicaban al hilo de la operación desde la entidad, “no creará plusvalías ni minusvalías”, sino que permitirá al banco reducir su exposición al mercado inmobiliario. Así, tanto Popular como el conjunto del grupo que forma con Santander presentarán unos menores requerimientos de capital y, al mismo tiempo, seguirán controlando el 49% de la sociedad, con lo que se podrá beneficiar de la reactivación del ladrillo en España.
“La operación implica para Banco Popular y Banco Santander la desconsolidación de sus balances de esos activos” y se estima que tendrá un impacto en el ratio de solvencia de Banco Santander de 12 puntos básicos, explica la entidad en el hecho relevante que ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). A ello se suma la recuperación de cinco puntos básicos por parte de Banco Popular, añade.
En la transacción también se incluye Aliseda, que es el portal inmobiliario de Popular, y está previsto que, tras las autorizaciones y ajustes correspondientes, se cierre definitivamente en el primer trimestre de 2018.
El rey inmobiliario
Sobre la operación, John Gray, responsable global de Inmobiliario de Blackstone, apuntó que la operación refleja la confianza del fondo “en la recuperación económica de España”. De hecho, esto es lo que lleva haciendo desde hace unos cinco años, cuando consideró que el país se acercaba a un ciclo económico positivo. Desde entonces, su actividad ha sido tan intensa que algunas estimaciones apuntan que controla en torno a 100.000 activos inmobiliarios.
El fondo de inversión estadounidense entró en el mercado inmobiliario español en 2013. Entonces adquirió, en una operación no exenta de polémica, viviendas protegidas a un Ayuntamiento de Madrid necesitado de liquidez, que ha dado lugar a varias denuncias y litigios; al año siguiente, el fondo protagonizó una megaoperación al quedarse con las hipotecas tóxicas de Catalunya Banc.
Nacido en los años 80 con un capital de 400.000 dólares, Blackstone suma 5.000 millones de euros en activos del Popular a los 7.000 millones que ya tenía antes de la operación en España. El resultado supera ligeramente los 12.000 millones.
En paralelo, y al otro lado del Atlántico, Blackstone y Starwood han creado un gigante inmobiliario en EEUU. De la fusión de Invitation Homes, inmobiliaria en manos de Blackstone, y Starwood surgirá un grupo con una cartera de 82.000 viviendas unifamiliares repartidas por 17 mercados de la primera economía del mundo.
Tanto la inmobiliaria del fondo Blackstone como Starwood aprovecharon los años de la crisis de las hipotecas subprime que ahora cumple 10 años para comprar miles de viviendas. Y ahora han decidido unir fuerzas para reducir el coste que conlleva gestionar esas carteras. El grupo resultante estará controlado en un 59% por los accionistas de Invitation Homes (de la que Blackstone posee un 70%), mientras que el 41% restante estará en manos de los accionistas de Starwood.