El crowdfunding inmobiliario se instala con fuerza en España
Con la llegada de Housers, la última en darse a conocer con una operación singular en Madrid, son ya varias las empresas que se dedican a un tipo de financiación y promoción alternativas, y hasta ahora, inéditas en el sector.
No es la única: Privalore, The Crowd Estates, InvestReal o Inveslan también han irrumpido en el panorama español. Se denominan plataformas de crowdfunding inmobiliario, porque ofrecen invertir a particulares o inversores institucionales en el sector con perspectiva de altas rentabilidades. Se trata de un sistema que lleva años funcionando en países como Estados Unidos, Reino Unido o Colombia, y que se basa en un esquema participativo de financiación e inversión fuera de los canales tradicionales de la banca o las entidades de crédito.
Cómo funciona Housers
Tanto si son plataformas para operar en Internet, o se definen como promotoras inmobiliarias, todas tienen como objetivo adquirir, alquilar o rehabilitar inmuebles en los que los particulares pueden invertir desde 50 hasta 10.000 euros. Algunos estudios del sector calculan que el mercado del crowdfunding alcanzará en España los 250 millones de euros este año 2016 y aseguran que cerca del 15% se destinará a proyectos inmobiliarios.
Estas nuevas compañías que se encuadran en el crowdfunding inmobiliario han nacido al amparo de la Ley 5/2015 de financiación empresarial de abril del año pasado, normativa que en su artículo 5 regula la actividad de plataformas de financiación participativa. Esta norma establece que los partícipes de este tipo de iniciativas se dividirán según su nivel de solvencia entre acreditados y no acreditados. Los primeros no tienen límite de inversión, pero para los segundos, entre los que hay que situar a los inversores particulares, se establece un límite de 3.000 euros por proyecto y de 10.000 euros al año por plataforma.
La rentabilidad neta del primer proyecto de Housers podría alcanzar el 27,9%
En principio, estas empresas van a estar supervisadas por la CNMV, pero en estos momentos se está pendiente de que les concedan las licencias oportunas. Mientras tanto, operan de la mano de operadores internacionales que tienen los permisos pertinentes de sus reguladores. Respecto a los proyectos a financiar, el límite es de dos millones de euros cuando hay inversores no cualificados, cifra que se eleva hasta los cinco cuando la financiación procede sólo de cualificados.
La primera promoción de Housers
Un ejemplo de este modelo de negocio es el que Housers ha puesto en marcha con la captación de financiación a través de crowdfunding para la construcción del primer edificio residencial en Madrid financiado por este modelo de inversión compartida y la posterior venta de sus viviendas.
La compañía ha destacado que se trata del primer proyecto inmobiliario de estas características que se realiza en España, donde cualquier persona se puede convertir en promotor inmobiliario mediante el crowdfunding.
El proyecto consiste en la compra del terreno, la demolición de la pequeña vivienda existente, así como la construcción íntegra de un edificio residencial. Constará de cinco viviendas y tres lofts dúplex. La construcción del edificio residencial situado en el distrito de Tetuán (Madrid), llave en mano, se iniciará en el momento en que se recaude la financiación y tiene un plazo estimado de 24 meses. Las viviendas se pondrán en venta en el momento en que se inicien las obras.
El coste del proyecto inmobiliario se estima en 1.041.000 euros, de los que 255.228 euros corresponden al precio de adquisición bruta de la construcción existente, 539.000 euros a la construcción del nuevo edificio, y el resto a gastos de trámites, impuestos y colchón de imprevistos. En concreto, se pretende captar 748.000 euros (el 71,8% del proyecto) mediante crowdfunding.
Cada inversor puede participar desde 50 euros y hasta 293.000 euros a través de una hipoteca para mejorar los resultados de los inversores. El plazo para la venta de todas las viviendas es de 24 meses. En este tiempo, la rentabilidad bruta calculada asciende al 44,06% y la rentabilidad neta alcanzaría el 27,94%, beneficio que se repartirá en dividendos entre todos los inversores participantes. Housers estima que la venta de todas las viviendas del edificio alcance un valor de 1.242.000 euros.
En la imagen, Tono Brusola y Álvaro Luna, socios fundadores de Housers.