La guerra de Ucrania amenaza la recuperación

Ana M. Pastor, directora de  El Inmobiliario mes a mes

El sector inmobiliario español aún no ha acusado el efecto de la guerra de Ucrania aunque la situación podría cambiar si el conflicto bélico se alarga. Durante la sexta edición de la Iberian Reit & Listed Conference, el CEO de Merlin Properties, Ismael Clemente, dejó claro que le preocupa más la incertidumbre económica que puede provocar la guerra en un país europeo que los otros riesgos externos a los que se enfrentan las compañías de real estate, recordando que las empresas están preparadas para afrontar escenarios de alta inflación y subidas de tipos de interés, como los que se avecinan, pero no para gestionar pandemias ni guerras.

Tras dos años de COVID-19, las consecuencias a medio y largo plazo de la invasión rusa a Ucrania para la economía global son todavía una incógnita, aunque lo que parece un hecho es que retrasará la recuperación postpandémica. Según una primera estimación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la guerra reducirá el crecimiento de la economía mundial en un 1% durante el primer año y aumentará la inflación prevista en 2,5 puntos, un impacto que será mayor en la zona euro, ya que en la OCDE prevé que en la eurozona el conflicto bélico reste 1,4 puntos al PIB.

También para la economía española la invasión rusa de Ucrania se presenta como un freno para la recuperación. Según el Banco de España, nuestro país seguirá creciendo pero no volverá a los niveles anteriores a la pandemia hasta el tercer trimestre de 2023, ya que el organismo dirigido Pablo Hernández de Cos ha rebajado su previsión de crecimiento del 5,4% al 4,5% en 2022 y del 3,9% al 2,9% en 2023.

Así las cosas, queda por ver si la contienda hace tambalear las buenas previsiones con las que el real estate comienza el año. De momento, el mercado de la vivienda en España ha arrancado 2022 con la misma fuerza con la que cerró 2021. Las compraventas de pisos y casas subieron un 19,2% interanual en febrero, según las estadísticas del Consejo General del Notariado, y la mayoría de los expertos consideran que esta tendencia continuará durante este ejercicio.

Las previsiones apuntan que la venta de viviendas se mantendrá fuerte aunque más moderada –al desaparecer paulatinamente la demanda embalsada durante el confinamiento– a pesar de las tensiones inflacionistas y geopolíticas, ya que el mercado residencial sigue siendo un valor refugio para los inversores y un destino para el ahorro acumulado durante la pandemia.

En este escenario se mueve el informe elaborado por Engel & Völkers, que pronostica que el mercado inmobiliario mantendrá el dinamismo iniciado en 2021 creciendo a un ritmo estable y alejado de nuevas burbujas, augurando que “la intensa demanda interna en el mercado residencial y el regreso paulatino del comprador extranjero mantendrá al inmobiliario español como un sector muy atractivo para la inversión”.

En ese clima de confianza en el mercado residencial se sitúan empresas como AEDAS Homes. Su consejero delegado, David Martínez, habló en la Iberian Reit & Listed Conference de un futuro prometedor por las nuevas oportunidades que se abren a las promotoras las áreas metropolitanas y el mercado de alquiler, aunque reconoció la preocupación de la compañía por otras de las espadas de Damocles que penden sobre el sector como el incremento de los costes de construcción y la falta de algunas materias primas.

También el sector del retail representado en esa jornada de debate por Miguel Pereda, consejero de Lar España y presidente de Grupo Lar, afirmó que afronta con calma este escenario de incertidumbre económica gracias a unos niveles de ocupación y ventas de los centros comerciales superiores a los de antes de la pandemia. E igual ocurre con el sector de oficinas. Pére Viñolas, CEO de Colonial, coincide en que si la inflación no se desboca se podrá trasladar a los precios sin que repercuta de una manera dramática en la demanda.

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