El futuro llama a la puerta

Julio Irazábal, editor de El Inmobiliario mes a mes
Julio Irazábal, editor de El Inmobiliario mes a mes

El mundo va muy deprisa. Tanto, que casi nada será como ayer, y sí mucho más parecido a lo que hoy en día nos imaginamos. Entre otras muchas razones, porque el futuro ya está entre nosotros llamando a la puerta. Durante estos primeros compases del año, los informes que han presentado las consultoras CBRE y PwC plasman las tendencias que incidirán de manera directa en la forma de entender el negocio inmobiliario.

Economía colaborativa, robotización, el teletrabajo, el vehículo autónomo, los nuevos hábitos de compra y la urbanización, serán algunos de los conceptos que afectaran al diseño de las instalaciones y a la inversión inmobiliaria de aquí a 2030.

En este contexto de relativa incertidumbre geoestratégica mundial, la sociedad en la que vivimos demanda un inmobiliario capaz de adecuar los inmuebles a las necesidades de sus ocupantes y no a la inversa, para que siga un siendo un mercado atractivo por la relación entre riesgo y rentabilidad que ofrece.

La profunda transformación de la sociedad que se avecina afecta tanto a los activos inmobiliarios como a la propia vida de las ciudades. El concepto de ´Smart Cities’, de gran urbe, más verde y eficiente, está cada vez más cerca. La ciudad capaz de adaptarse en tiempo real a las necesidades de sus habitantes está dejando de ser ciencia ficción, mediante la integración de diversas tecnologías y variables.

Por eso nadie duda de que, ante la escasez de producto de calidad, la rehabilitación de los espacios a las nuevas formas de estructurar el trabajo de una manera sostenible jugará un papel esencial. Otra de las tendencias que marcará el devenir del sector inmobiliario es la incorporación de las nuevas tecnologías digitales como la realidad aumentada y virtual, el Smart data o la omnicanalidad, capaces por sí mismas de cambiar, como ya se está demostrando, las reglas de juego de industrias tan consolidadas como los centros comerciales, las instalaciones logísticas o el mercado residencial.

El futuro del automóvil, la expansión del comercio electrónico o la irrupción de la generación de los millennials pueden dar una vuelta de tuerca al escenario que hemos estado viviendo hasta ahora. Es posible que la venta online se convierta en una competencia para la propia marca. Que los contratos de renta variable de los locales comerciales se resientan más de lo debido, lo que podría alterar el valor de las empresas propietarias; y que el 30% de las familias termine viviendo de alquiler, por citar unos ejemplos.

Lo que sí parecen tener más despejado el horizonte son los 1,4 millones de afectados por las cláusulas suelo en España. Después de los retrasos del Gobierno español en aplicar la sentencia europea condenatoria, el Real Decreto-Ley que establece una solución extrajudicial para los afectados ya ha entrado en vigor y, con ello, los ciudadanos españoles pueden reclamar el dinero cobrado de más. Un capote para los bancos, que confiemos que la reforma de la Ley Hipotecaria pendiente corte de raíz.