Estrés vacacional

Yolanda Duran, directora de El Inmobiliario mes a mes
Yolanda Duran, directora de El Inmobiliario mes a mes

Las vacaciones o la promesa de ellas siempre genera una actividad frenética en las empresas, en las familias, y el inmobiliario no podía ser menos. Los días previos al trimestre de holganza se quieren cerrar todas las operaciones del mundo, dejar sentenciados todos los pronósticos del año, como si no hubiera un mañana. Y así estamos: hemos cerrado una revista en la que se han sucedido las tradicionales advertencias de mesura por parte de organismos internacionales, informes contradictorios sobre las cifras del mercado, con demasiadas referencias a las previsibles operaciones que en el segundo semestre remontarán las cifras a récord… Y encima, sin Gobierno nacional que nos ampare.

Ante tantos cantos de sirena uno, ¿con qué se queda? Pues vamos a intentar desde nuestra publicación, querido lector o lectora, darle unas pocas claves para que se vaya tranquilo también este verano.

Lo primero, que en el mercado inmobiliario siempre es un problema no tener producto, aunque se tenga mucho dinero. Este hecho es muy palpable hoy en segmentos como el logístico, donde pese a todos los pronósticos favorables para este tipo de inversión, la falta de activos lo está estrangulando, como se apreció en el Salón Logístico SIL.

Pero también en el mercado de oficinas, donde además de producto faltan empresas suficientes para justificar oferta nueva que genere masa crítica. Hay contratación sí, pero son cambios de empresas o aumento de superficie. Como dice José María Álvarez, presidente de la Asociación Española de Oficinas (AEO), “España tiene que ser capaz de ser un destino no solo turístico sino de grandes compañías”.

Así que hay que irse de vacaciones con una consigna muy clara: ser más selectivos que nunca, como aconseja el responsable de Arcano para todo el Real Estate, Eduardo Fernández-Cuesta. Un veterano que tiene unas cuantas vueltas de vacaciones en su haber.

La evolución del mercado residencial nos da otra clave: diversificar para reducir riesgos, o como decían nuestras abuelas, ‘no metamos todos los huevos en la misma cesta’. Varias promotoras han vuelto sus ojos a la promoción para terceros con la vista puesta en alquiler, bien siendo la desarrolladora con el know how correspondiente, o estableciendo algún tipo de alianza con los fondos internacionales. Vehículos que están desembarcando en España para impulsar otro modo de hacer vivienda: eso que llaman living.

En cualquier caso, y a pesar de los cambios sociológicos que imponen las nuevas generaciones y la economía, la realidad es terca: España sigue mostrando una particularidad en relación a la vivienda respecto al resto de países de la zona euro.

Según una encuesta financiera del Banco Central Europeo, BCE, casi tres cuartas partes del ahorro familiar está invertido en vivienda, frente al 68% de nuestros países socios. Esa inversión se distribuye en un 50% en la vivienda habitual y el 24% restante son segundas residencias, suelo u otro tipo de inmuebles. El ladrillo va unido al ADN del español, si hacemos caso de los informes.

Y por último, que los informes de mercado, aunque confíen en el cierre de operaciones que pueden marcar nuevos récords de inversión inmobiliaria, reconocen que el impulso inversor ha amainado. En España, los fundamentos económicos son buenos, hay mucha liquidez y el mercado es razonable en precios; pero el enfriamiento de las economías aconseja ser prudentes. Que pasen unas buenas, y sosegadas, vacaciones de verano y regresen de buen ánimo. Les estamos esperando.