
El sector de los centros comerciales ha sido tradicionalmente uno de los segmentos inmobiliarios que no ha dudado en reinventarse una y otra vez para adaptarse a las necesidades de los usuarios. Y, después del duro golpe que han supuesto las restricciones derivadas de la pandemia, está dispuesto a hacerlo de nuevo, utilizando para ello todas las herramientas que le permita ganar atractivo para el consumidor, al tiempo que sortea la amenaza que -para el comercio en particular y para todas las actividades económicas, en general- representa la escalada de la inflación.
De momento, el sector mejora sus cifras y se acerca paulatinamente a los números de antes de la crisis sanitaria. El último informe de CBRE indica que “pese al impacto de la variante Ómicron en las primeras semanas del año, el total de las ventas de los centros comerciales se encuentran solo un 11% por debajo de los niveles de 2019 a fin del primer trimestre, demostrando así la recuperación del sector”.
Remarca la consultora que, respecto a 2021, las ventas se han incrementado significativamente un 27,1% y la afluencia muestra una fuerte recuperación del +34,3%%, mientras que la ocupación se mantiene estable en el 93%. Pero también hace notar que, a pesar de este repunte, las afluencias siguen un 20% por debajo de las de 2019 principalmente debido a la lenta recuperación del ocio (todavía un 25% inferior a la de 2019) ya que el ocio atrae visitas familiares y un mayor tiempo de estadio medio.
Subrayando que la gran amenaza a la que se enfrenta el sector a corto plazo de cara a su completa recuperación “viene de los altos niveles de inflación que probablemente puedan afectar negativamente al gasto del consumidor, especialmente en actividades como la restauración y el ocio.
En este escenario incierto, el sector va a seguir haciendo lo que mejor sabe: innovar. Para ello, el próximo Congreso de la AECC en Sevilla profundizará en las áreas de digitalización y sostenibilidad, a fin de continuar ofreciendo experiencias y no solo compras a los clientes, que a fin de cuentas es lo que diferencia el comercio online del hecho de acercarse a un centro o parque comercial, con el aliciente de que además esta experiencia puede hacerse en familia o con amigos, algo que supone un valor añadido para estos establecimientos independientemente de la situación económica.
Esa capacidad de dar una experiencia al usuario que tienen los centros y parques comerciales es lo que hace que los gestores y propietarios de estos complejos no perciban al comercio online como el enemigo, sino como un aliado, tal y como señala Ramón Reñón, presidente del Congreso XVIII Español de Centros y Parques Comerciales de la AECC, quien tiene claro que los centros comerciales son el mejor formato para combinar el comercio físico tradicional con el comercio electrónico.
En el mismo sentido se pronuncia Hernán San Pedro, director de Relación con Inversores y de Comunicación Corporativa de Lar España, que recuerda que “hasta las marcas que apuestan por la venta online siguen abriendo tiendas emblemáticas como puntos de fidelización de sus clientes, ya que consideran su espacio físico el lugar culminante de un proceso de compra omnicanal, que se ha gestado tiempo atrás y donde la oferta digital y la física han estado perfectamente integradas y puestas en común”. “En ese ámbito el valor de los centros comerciales resulta imbatible, por cuanto están en condiciones de ofrecer experiencias diferenciales y segmentadas para cada uno de los distintos perfiles de clientes de cada marca”, sentencia el directivo de Lar España.
Por su parte, JLL recuerda que otra de las armas con la que cuenta el sector son los usos mixtos “cada vez más presentes en los centros comerciales y que incluyen por ejemplo usos sanitarios, residenciales, logísticos o culturales”. Una apuesta que incide en la idea de que el centro comercial ya no puede ser un espacio únicamente de compras, sino un lugar que ofrezca diferentes actividades y servicios, siempre buscando diferenciarse y sorprender.
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